Mis recuerdos iniciales van a la época en que todos los hermanos íbamos a la 2ª Comisaría a cortarnos el pelo todos los días miércoles, en realidad lo que mas hacíamos era hacer rabiar al peluquero “El Pelado Garrido”, porque nos hacía el mismo corte que a nuestros padres. También era frecuente la visita al dentista o la “Central de Compras” a acompañar a nuestra madre a buscar el “pedido”. Largas horas pasábamos recorriendo el cuartel jugando a las escondidas entre las “cajas” del equipaje de los solteros.
Nuestro padre estuvo en la 2ª durante muchos años mientras crecíamos pero siempre la misma rutina, salvo que ahora un poco mayores se agrega el tener que levantarse las 5 de la madrugada para ir a hacer fila para la carne, que atendía el sargento Barra a las 8.
Posteriormente mi padre fue trasladado al retén Coilaco en Pedro de Valdivia, ahí la diversión era mejor ya que cuando él hacía guardia y teníamos que llevarle la vianda con el almuerzo aprovechamos a montar el “Rodano” que era un inmenso animal para poder soportar el peso de nuestro padre, nervioso por la ración de avena, pero le gustaba que lo bañaran y cepillaran por largos ratos. El fiel animal permaneció muchos años como “cargo” del ya Sargento Espinoza, en largos patrullajes en captura de “cuatreros” que abundaban en la época; 5, 10 y hasta 15 días fuera del hogar era la incertidumbre que sufríamos y siempre ha sufrido la familia de cualquier policía. Lo molesto de ese sacrificio aunque satisfecho por lo logrado, era que capturados los delincuentes tenían que ser entregados a Investigaciones (hoy PDI), quienes aparecían en la prensa llevándose los créditos “después de una hábil pesquisa”
Luego en los 70 nuestro “héroe” policial, porque eso era nuestro padre para los 5 hermanos que crecíamos y sufríamos junto a sus sacrificios, trasnochadas, guardias, balaceras, amenazas y hasta injusticias reglamentarias; pero él amaba su trabajo. Fue destinado a la Sección Radio Patrullas de nuevo en la 2ª, donde pasó gran parte de los negros días de Unidad Popular, con protestas, marchas violentas, incluso en alguna oportunidad corrió peligro de muerte cuando estudiantes en protesta pusieron un neumático encendido bajo el furgón mientras hacían un “piquete” en el centro de la ciudad. Al sentir el olor a quemado lograron percatarse y evacuar el vehículo.
En mas de alguna oportunidad llegó a casa con heridas o quemaduras producto de haber recibido “papas con clavos” (erizo), o ampolletas con acido lanzadas por los violentistas del MIR o cadenas y palos con Nunchakus (arma japonesa usada en Karate).
Llegó el pronunciamiento militar, nuestro carabinero estrella, pasó los primeros años en Temuco en diversas funciones, quizás la mas relevante fue tener que todos los meses era convocado para trabajar el “lista de revista”, dado a que tenía una caligrafía extraordinaria. Otra destinación que sirvió fue en la garita que Carabineros tenía en el populoso sector Estación en la Feria Pinto. El año 74 lo llamaron para ofrecerle hacerse cargo del Reten de la localidad de Queule, por una situación bastante delicada que se desarrollaba con el sub oficial antecesor, ya que si recordamos el lugar tenía el sugestivo nombre de “Caleta de Pescadores Ho Chi Minh”, Presidente de Vietnam del Norte(Comunista) en la época. Se instaló en Queule recuperando la tranquilidad que se esperaba para tan especial momento. Esta destinación quizás fue la mas agradable y entretenida para toda la familia, tanto que hoy, mi madre y hermano menor viven allá, por supuesto es el lugar obligado (con placer), durante los fines de semana y en la época estival.
Nuestro progenitor, dejó muchas y buenas huellas en Queule, aun es recordado de buena forma, lo que queda demostrado en la atención y amabilidad con la que tratan a nuestra madre y a nosotros mismo cuando estamos con ellos.
Como policía, se recuerdan muchas acciones y anécdotas en Queule, incluso en momentos posteriores a su retiro y a su muerte (1988); era fantástico cuando organizábamos con unos primos que eran instructores del Ejército, con los pescadores y hacíamos una cacería de lobos de mar que destruían las redes y devoraban los peces “amallados”. Otro aspecto digno de admirar era la función casi de “Juez” que asumía el jefe de reten con incidentes menores entre los vecinos, para no tener que enviar un funcionario a Pitrufquén (casi 100 kms), a efectuar un trámite que muchas veces era inútil perdiendo todo el día en ello. Mas adecuado y práctico resultaba un buen “arreglo a la buena” o unas horas de trabajo comunitario. Lo curioso es que aun jubilado, él seguía siendo el jefe de Reten para los vecinos, por lo que su casa particular era prácticamente una oficina de atención de público, día o noche, interno o verano, nuestro padre siempre era un Carabinero.
Cuando el Sub Oficial Mayor Espinoza falleció, toda la comunidad de Queule pidió a nuestra madre que fuera sepultado allá, lo que no se concretó por asuntos familiares.
El tema, es posible que no sea de interés para muchos, sin embargo en la intimidad de nuestro corazón, el mejor Carabinero fue nuestro padre y este homenaje lo queríamos compartir con ustedes, en el entendido que hoy 27 de abril Día del Carabinero TODOS los policías uniformados han dado y están dando una satisfacción para su familias, y a la sociedad para nuestra vida sea mas apacible, grata y segura aunque sea arriesgando sus vidas, ya que así lo juraron ante Dios y la Bandera. Por lo que enviamos desde esta columna un afectuoso saludo a Carabineros de Chile, desde su “chiporro” mas nuevo hasta la mayor antigüedad.
JOSE ESPINOZA MELLADO
- Fecha de publicación: 2009-04-27
- Publicado por:
http://www.tiroalblanco.cl/index.php?not=2228&do=muestra
Nuestro padre estuvo en la 2ª durante muchos años mientras crecíamos pero siempre la misma rutina, salvo que ahora un poco mayores se agrega el tener que levantarse las 5 de la madrugada para ir a hacer fila para la carne, que atendía el sargento Barra a las 8.
Posteriormente mi padre fue trasladado al retén Coilaco en Pedro de Valdivia, ahí la diversión era mejor ya que cuando él hacía guardia y teníamos que llevarle la vianda con el almuerzo aprovechamos a montar el “Rodano” que era un inmenso animal para poder soportar el peso de nuestro padre, nervioso por la ración de avena, pero le gustaba que lo bañaran y cepillaran por largos ratos. El fiel animal permaneció muchos años como “cargo” del ya Sargento Espinoza, en largos patrullajes en captura de “cuatreros” que abundaban en la época; 5, 10 y hasta 15 días fuera del hogar era la incertidumbre que sufríamos y siempre ha sufrido la familia de cualquier policía. Lo molesto de ese sacrificio aunque satisfecho por lo logrado, era que capturados los delincuentes tenían que ser entregados a Investigaciones (hoy PDI), quienes aparecían en la prensa llevándose los créditos “después de una hábil pesquisa”
Luego en los 70 nuestro “héroe” policial, porque eso era nuestro padre para los 5 hermanos que crecíamos y sufríamos junto a sus sacrificios, trasnochadas, guardias, balaceras, amenazas y hasta injusticias reglamentarias; pero él amaba su trabajo. Fue destinado a la Sección Radio Patrullas de nuevo en la 2ª, donde pasó gran parte de los negros días de Unidad Popular, con protestas, marchas violentas, incluso en alguna oportunidad corrió peligro de muerte cuando estudiantes en protesta pusieron un neumático encendido bajo el furgón mientras hacían un “piquete” en el centro de la ciudad. Al sentir el olor a quemado lograron percatarse y evacuar el vehículo.
En mas de alguna oportunidad llegó a casa con heridas o quemaduras producto de haber recibido “papas con clavos” (erizo), o ampolletas con acido lanzadas por los violentistas del MIR o cadenas y palos con Nunchakus (arma japonesa usada en Karate).
Llegó el pronunciamiento militar, nuestro carabinero estrella, pasó los primeros años en Temuco en diversas funciones, quizás la mas relevante fue tener que todos los meses era convocado para trabajar el “lista de revista”, dado a que tenía una caligrafía extraordinaria. Otra destinación que sirvió fue en la garita que Carabineros tenía en el populoso sector Estación en la Feria Pinto. El año 74 lo llamaron para ofrecerle hacerse cargo del Reten de la localidad de Queule, por una situación bastante delicada que se desarrollaba con el sub oficial antecesor, ya que si recordamos el lugar tenía el sugestivo nombre de “Caleta de Pescadores Ho Chi Minh”, Presidente de Vietnam del Norte(Comunista) en la época. Se instaló en Queule recuperando la tranquilidad que se esperaba para tan especial momento. Esta destinación quizás fue la mas agradable y entretenida para toda la familia, tanto que hoy, mi madre y hermano menor viven allá, por supuesto es el lugar obligado (con placer), durante los fines de semana y en la época estival.
Nuestro progenitor, dejó muchas y buenas huellas en Queule, aun es recordado de buena forma, lo que queda demostrado en la atención y amabilidad con la que tratan a nuestra madre y a nosotros mismo cuando estamos con ellos.
Como policía, se recuerdan muchas acciones y anécdotas en Queule, incluso en momentos posteriores a su retiro y a su muerte (1988); era fantástico cuando organizábamos con unos primos que eran instructores del Ejército, con los pescadores y hacíamos una cacería de lobos de mar que destruían las redes y devoraban los peces “amallados”. Otro aspecto digno de admirar era la función casi de “Juez” que asumía el jefe de reten con incidentes menores entre los vecinos, para no tener que enviar un funcionario a Pitrufquén (casi 100 kms), a efectuar un trámite que muchas veces era inútil perdiendo todo el día en ello. Mas adecuado y práctico resultaba un buen “arreglo a la buena” o unas horas de trabajo comunitario. Lo curioso es que aun jubilado, él seguía siendo el jefe de Reten para los vecinos, por lo que su casa particular era prácticamente una oficina de atención de público, día o noche, interno o verano, nuestro padre siempre era un Carabinero.
Cuando el Sub Oficial Mayor Espinoza falleció, toda la comunidad de Queule pidió a nuestra madre que fuera sepultado allá, lo que no se concretó por asuntos familiares.
El tema, es posible que no sea de interés para muchos, sin embargo en la intimidad de nuestro corazón, el mejor Carabinero fue nuestro padre y este homenaje lo queríamos compartir con ustedes, en el entendido que hoy 27 de abril Día del Carabinero TODOS los policías uniformados han dado y están dando una satisfacción para su familias, y a la sociedad para nuestra vida sea mas apacible, grata y segura aunque sea arriesgando sus vidas, ya que así lo juraron ante Dios y la Bandera. Por lo que enviamos desde esta columna un afectuoso saludo a Carabineros de Chile, desde su “chiporro” mas nuevo hasta la mayor antigüedad.
JOSE ESPINOZA MELLADO
- Fecha de publicación: 2009-04-27
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