Ahora sin haber estudiado en profundidad dicho programa, vemos que Piñera quiere “hincarle el diente al asunto” y habla de mas “mano dura” por parte de la justicia lo que significa que precisamente el ejecutivo deberá “reformar” la Reforma Procesal Penal endureciendo las penas para desmotivar la comisión de los delitos, sobre todo para los reincidentes y “profesionales del delito”, cambiar las condiciones de libertad para los condenados y un fuerte Programa de rehabilitación para los jóvenes y primerizos. En este especto debe estar el mayor énfasis para tratar de sacar de la delincuencia a tanto joven que diversas razones sociales, familiares, educacionales y de oportunidades ve en la delincuencia su único sustento para cubrir sus necesidades; no justificadas en lo absoluto.
En esto, el Estado y la sociedad tiene un rol ineludible en la misión de no permitir que esta “plaga” se siga haciendo cargo de la ciudad e infunda un miedo que se puede tornar incontrolable en la población victima de estos mafiosos criollos.
En lo particular, mas allá de endurecer las penas para quienes deben ser separados de la sociedad por la cantidad, violencia y premeditación de sus delitos (delincuentes profesionales), lo mas acertado seria volver a la idea de AISLAR a estos bandidos de la sociedad en cárceles alejadas de los poblados, de difícil acceso, salvo por medios de video conferencias por parte de los familiares, que no sean vacaciones pagadas el cumplimiento de las penas, no olvidemos que están pagando con castigo; por lo que deberían TRABAJAR para merecerse su sustento y alojamiento; no ser PARASITOS de la sociedad a la que dañaron.
PROPUESTA PARA DELINCUENTES NOVATOS, un aporte nuestro.
En el caso de los jóvenes o delincuentes novatos, antes que sean encerrados con los “profesionales” que se constituyen en “maestros” en una verdadera “escuela del delito”, deberían ser internados en recintos habilitados para que estos “aprendices” puedan tener la opción de estudiar (regularizar sus estudios), aprender un oficio de tal manera que su tiempo de retención sea aprovechado en algo que les pueda aportar una herramienta que “afuera” no se le dio por razones diversas, aquí el Estado cumple un papel subsidiario, que aunque forzado debería ser el requisito principal para recuperar la libertad e insertarse en la sociedad dignamente, lo que seria apoyado con un buen Programa de reinserción y seguimiento por la vía de una tutoría seria y profesional. Todo acompañado por supuesto con una atención profesional psicológica, social y de orientación; así el Estado estaría invirtiendo en FUTURO, ya que solo basta en sacar la cuenta en lo que se gasta en vigilancia y represión (Policías Civil y uniformada), tribunales, custodia y reparación de victimas, infraestructura y mantención del sistema penitenciario. Un par de ejemplos de cómo funciona hoy, a pesar de la Reforma Procesal Penal, donde hasta el momento dejan un sabor amargo los resultados o evaluación que se pueda hacer de ella.
FRACASO DEL SISTEMA ACTUAL QUEDA DEMOSTRADO
En el caso de jóvenes delincuentes los tribunales están optando por permutar una posible condena de aislación o reclusión en algún establecimiento creados para el efecto (donde solo los guardan hasta donde les es posible), por enviarlos a algún establecimiento educacional a “estudiar”. La experiencia dice que esta medida no resulta para nada, al contrario es permitirles seguir en las calles haciendo de las suyas. Primero el sistema les exige asistir solo un 60% del tiempo a clases (alumnos normales se les pide un 80%), luego no importa si el “estudiante” aprueba o reprueba, el supuesto “tutor” que el tribunal asigna nunca se hace presente a verificar ni la asistencia y menos el rendimiento del sujeto.
Finalmente, el estudiante “especial” la mayor parte de la oportunidades aduce una supuesta “reunión” con sus tutor o magistrado que ve la causa, incurriendo en abuso con las autorizaciones de salida del establecimiento educacional.
Quizás lo mas delicado en esta panorama de “rehabilitación” es que este joven es una mala influencia para los alumnos regulares ya que constantemente esta jactándose de su condición de DELINCUENTE para darse una estatus que según nuestros códigos culturales están totalmente trastocados con la mayoría de la juventud chilena que no recurre a estos actos para satisfacer sus necesidades propias de su edad y desarrollo. Lamentablemente la mayoría de estos jóvenes delincuentes, solo acuden a los establecimientos escolares para que sean “cuidados” por el sistema educacional, ya que terminado el periodo escolar NADIE DEL SISTEMA JUDICIAL apareció para saber el resultado y destino de estos jóvenes.
En definitiva este sistema no puede seguir en estas condiciones. La delincuencia debe disminuir en forma importante como una opción de trabajo para los jóvenes y adultos chilenos en los próximos 4 años de Gobierno de Sebastian Piñera.
JOSÉ ESPINOZA MELLADO
- Fecha de publicación: 2009-11-30
- Publicado por: Editor
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