Sin duda que uno de los mayores desafíos que enfrenta el nuevo Gobierno encabezado por el Presidente Piñera será la CORRUPCIÓN que los gobiernos de la Concertación hicieron gala durante sus 20 años que mantuvieron el poder, situación que ha quedado demostrada y por supuesto aun esta por verse cual es su real dimensión.
Ante esta misión, los funcionarios nominados por la confianza de Piñera tienen un rol fundamental en restaurar la confianza de la ciudadanía en sus autoridades y demostrar que pese a la dificultades iniciales a poco andar los chilenos notaran el CAMBIO verdadero en el estilo de hacer política y que como resultado la calidad de vida de los chilenos cambiara mas allá de los discursos de campaña.
Esta vez es el Diputado José Antonio Kast es quien entrega un valioso aporte para quienes asumen algún cargo publico en cualquiera de sus niveles.
DESAFÍOS ÉTICOS PARA QUIENES TRABAJAN EN EL GOBIERNO
José Antonio Kast R.
“Estas breves líneas buscan aportar una visión conceptual panorámica, y algunas ideas prácticas, respecto a los principales desafíos éticos que pueden enfrentar quienes se han incorporado a los equipos de trabajo en el nuevo Gobierno de Chile. A estas alturas resulta obvio que, junto a la eficiencia y a la eficacia en sus tareas, el mayor reto que encaran todos los personeros del Gobierno es desterrar la corrupción que se ha enquistado en el aparato público. Esta responsabilidad sitúa a todos y cada uno de quienes han asumido –y asumirán- labores gubernativas ante la necesidad de ser ejemplos de probidad en el ejercicio de sus labores y, consecuentemente, ante al imperioso deber de estar atentos para evitar cometer errores morales en sus actuaciones, incluso por motivos de simple inadvertencia o descuido.”
“Teniendo a la vista el escenario descrito, a continuación se mencionan algunas de las dimensiones éticas que, por el valor intrínseco en juego y su probabilidad de ocurrencia, deben ser especialmente cuidadas en el desempeño de los cargos y encargos públicos:
1. Primacía del Bien Común: las conductas en las tareas de gobierno deben orientarse siempre a la consecución del bien común, el cual normalmente se traduce en perseguir los legítimos objetivos que nos han sido encomendados. Ante la eventual contradicción entre el bien común y algún bien particular o, más todavía, personal, corresponde elegir en toda circunstancia el común.
2. Transparencia/ Veracidad: las actuaciones deben ser rectas y claras, conforme a la verdad y el bien, sin que nada relevante respecto a ellas tenga que ser ocultado por problemas de “mala” conciencia, o no pueda ser presentado o explicado sin reparos morales a la opinión pública.
3. Conflictos de Intereses: el desempeño de una responsabilidad pública obliga a prevenir y evitar los denominados “conflictos de intereses”. Estos ocurren cuando los deberes propios del cargo se contraponen con los intereses personales, familiares, de amigos u otros grupos o personas vinculadas a quien lo ejerce. Idealmente estas colisiones han de ser anticipadas con el establecimiento y la aplicación [-a priori-] de normas específicamente establecidas para tal propósito. En el evento de que, a pesar de las providencias adoptadas, de todas formas se generen situaciones conflictivas, ellas deben ser siempre zanjadas teniendo como referencia el principio de la primacía del bien común.
4. Tráfico de Influencias: una de las situaciones que con mayor recurrencia puede afectar al adecuado desempeño de un servidor público, es el intento por parte de terceros de involucrarlo en un intercambio de favores, aprovechando para ello las prerrogativas asociadas a los cargos que se ejercen. [Normalmente, este mal moral es presentado como una posibilidad, más o menos inocua, de que “todos podamos obtener ventajas” de las respectivas posiciones que se ha tenido en suerte ocupar]. El fenómeno del “amiguismo”, tan dañino para las sociedades, se inscribe dentro de esta índole de anomalías. La regla de oro en este ámbito es establecer criterios y normas que tiendan a asegurar la imparcialidad en todas las relaciones.
5. Abusos de Poder: una de las tentaciones más frecuentes para quienes poseen poder o privilegios es hacer uso de los mismos para provecho propio o de personas cercanas, pasando por encima de los derechos de terceros o faltando al respeto o a la delicadeza en el trato con los demás. En muchas ocasiones esta índole de abusos se manifiesta en acciones aparentemente pequeñas (pases especiales, lugares de privilegio en actividades sociales, entradas a espectáculos, obviar un trámite o fila de espera sin razón, etc.), pero molestas y dañinas para la autoridad e imagen del servidor público. En ciertas oportunidades el abuso de poder puede llegar a ser percibido de forma parecida a una “extorsión implícita” por parte de los afectados. El poder debe estar siempre al servicio del cumplimiento de los fines propios de las tareas directivas y nunca para obtener ventajas particulares.
6. Regalos, favores recibidos y uso de viáticos: otra de las realidades a la cual se encuentra más expuesta una persona que desempeña cargos públicos es la de recibir favores y regalos sin justificación real. Estas prebendas no deben ser aceptadas. Con frecuencia constituyen una suerte de “soborno encubierto” o, al menos, persiguen disponer positivamente a la autoridad respecto a intereses individuales o grupales. Asimismo, el uso de viáticos debe ser austero, justificado, y, normalmente sujeto a rendición de cuentas. Al respecto, es recomendable que las distintas instituciones u organizaciones establezcan políticas, normas y costumbres claras que prevengan estas conductas y sirvan de guía a todos sus miembros.”
Estos son algunos de los aspectos recomendados por el Diputado Kast, los que consideramos esenciales para un buen desempeño funcionario dejando en alto el nombre de la Alianza y respondiendo a la confianza depositada por el Presidente Piñera. Más aun es una guía que nos permite a quienes estamos en esto de las críticas, análisis y comentarios de la contingencia administrativa y política del Gobierno; así lo hicimos con la Concertación en forma implacable, objetiva y sana; de igual forma lo haremos con el actual Gobierno, sin dudar un instante.
JOSÉ ESPINOZA MELLADO
- Fecha de publicación: 2010-03-31
- Publicado por:
http://www.tiroalblanco.cl/index.php?not=5144&do=muestra
Esta vez es el Diputado José Antonio Kast es quien entrega un valioso aporte para quienes asumen algún cargo publico en cualquiera de sus niveles.
DESAFÍOS ÉTICOS PARA QUIENES TRABAJAN EN EL GOBIERNO
José Antonio Kast R.
“Estas breves líneas buscan aportar una visión conceptual panorámica, y algunas ideas prácticas, respecto a los principales desafíos éticos que pueden enfrentar quienes se han incorporado a los equipos de trabajo en el nuevo Gobierno de Chile. A estas alturas resulta obvio que, junto a la eficiencia y a la eficacia en sus tareas, el mayor reto que encaran todos los personeros del Gobierno es desterrar la corrupción que se ha enquistado en el aparato público. Esta responsabilidad sitúa a todos y cada uno de quienes han asumido –y asumirán- labores gubernativas ante la necesidad de ser ejemplos de probidad en el ejercicio de sus labores y, consecuentemente, ante al imperioso deber de estar atentos para evitar cometer errores morales en sus actuaciones, incluso por motivos de simple inadvertencia o descuido.”
“Teniendo a la vista el escenario descrito, a continuación se mencionan algunas de las dimensiones éticas que, por el valor intrínseco en juego y su probabilidad de ocurrencia, deben ser especialmente cuidadas en el desempeño de los cargos y encargos públicos:
1. Primacía del Bien Común: las conductas en las tareas de gobierno deben orientarse siempre a la consecución del bien común, el cual normalmente se traduce en perseguir los legítimos objetivos que nos han sido encomendados. Ante la eventual contradicción entre el bien común y algún bien particular o, más todavía, personal, corresponde elegir en toda circunstancia el común.
2. Transparencia/ Veracidad: las actuaciones deben ser rectas y claras, conforme a la verdad y el bien, sin que nada relevante respecto a ellas tenga que ser ocultado por problemas de “mala” conciencia, o no pueda ser presentado o explicado sin reparos morales a la opinión pública.
3. Conflictos de Intereses: el desempeño de una responsabilidad pública obliga a prevenir y evitar los denominados “conflictos de intereses”. Estos ocurren cuando los deberes propios del cargo se contraponen con los intereses personales, familiares, de amigos u otros grupos o personas vinculadas a quien lo ejerce. Idealmente estas colisiones han de ser anticipadas con el establecimiento y la aplicación [-a priori-] de normas específicamente establecidas para tal propósito. En el evento de que, a pesar de las providencias adoptadas, de todas formas se generen situaciones conflictivas, ellas deben ser siempre zanjadas teniendo como referencia el principio de la primacía del bien común.
4. Tráfico de Influencias: una de las situaciones que con mayor recurrencia puede afectar al adecuado desempeño de un servidor público, es el intento por parte de terceros de involucrarlo en un intercambio de favores, aprovechando para ello las prerrogativas asociadas a los cargos que se ejercen. [Normalmente, este mal moral es presentado como una posibilidad, más o menos inocua, de que “todos podamos obtener ventajas” de las respectivas posiciones que se ha tenido en suerte ocupar]. El fenómeno del “amiguismo”, tan dañino para las sociedades, se inscribe dentro de esta índole de anomalías. La regla de oro en este ámbito es establecer criterios y normas que tiendan a asegurar la imparcialidad en todas las relaciones.
5. Abusos de Poder: una de las tentaciones más frecuentes para quienes poseen poder o privilegios es hacer uso de los mismos para provecho propio o de personas cercanas, pasando por encima de los derechos de terceros o faltando al respeto o a la delicadeza en el trato con los demás. En muchas ocasiones esta índole de abusos se manifiesta en acciones aparentemente pequeñas (pases especiales, lugares de privilegio en actividades sociales, entradas a espectáculos, obviar un trámite o fila de espera sin razón, etc.), pero molestas y dañinas para la autoridad e imagen del servidor público. En ciertas oportunidades el abuso de poder puede llegar a ser percibido de forma parecida a una “extorsión implícita” por parte de los afectados. El poder debe estar siempre al servicio del cumplimiento de los fines propios de las tareas directivas y nunca para obtener ventajas particulares.
6. Regalos, favores recibidos y uso de viáticos: otra de las realidades a la cual se encuentra más expuesta una persona que desempeña cargos públicos es la de recibir favores y regalos sin justificación real. Estas prebendas no deben ser aceptadas. Con frecuencia constituyen una suerte de “soborno encubierto” o, al menos, persiguen disponer positivamente a la autoridad respecto a intereses individuales o grupales. Asimismo, el uso de viáticos debe ser austero, justificado, y, normalmente sujeto a rendición de cuentas. Al respecto, es recomendable que las distintas instituciones u organizaciones establezcan políticas, normas y costumbres claras que prevengan estas conductas y sirvan de guía a todos sus miembros.”
Estos son algunos de los aspectos recomendados por el Diputado Kast, los que consideramos esenciales para un buen desempeño funcionario dejando en alto el nombre de la Alianza y respondiendo a la confianza depositada por el Presidente Piñera. Más aun es una guía que nos permite a quienes estamos en esto de las críticas, análisis y comentarios de la contingencia administrativa y política del Gobierno; así lo hicimos con la Concertación en forma implacable, objetiva y sana; de igual forma lo haremos con el actual Gobierno, sin dudar un instante.
JOSÉ ESPINOZA MELLADO
- Fecha de publicación: 2010-03-31
- Publicado por:
http://www.tiroalblanco.cl/index.php?not=5144&do=muestra